Criminalidad, inseguridad y medios de comunicación
Un sentimiento que
todos compartimos en la actualidad, también se encuentra asociado a uno de los
problemas más graves a los que se enfrentan las sociedades urbanas: la
inseguridad. En México, según la Sexta Encuesta Nacional sobre Inseguridad
realizada en 2009 (ICESI,:68, 80 y 83), el 58.5% de los encuestados dijo que
los delitos en su municipio habían aumentado en el 2008. El mismo documento menciona
que el 69% de la población se siente insegura en su estado; asimismo puede
observarse una relación directamente proporcional entre las personas que
contestaron sentirse más inseguras y la frecuencia con la que ven, leen o escuchan
los noticieros.
Este
sentimiento de inseguridad que genera la violencia criminal, sumado a una
sobreexposición de información mediática, parece estar vinculado a una manifestación
de desconfianza por parte de la población hacia los órganos de seguridad e
impartición de justicia. La misma encuesta menciona que entre el 50% y 62% de
los ciudadanos contestaron tener “poca confianza” en las agencias policiales, y
entre el 15% y 28% dijo que “nada”. Sin embargo, este conflicto no se limita
únicamente al caso mexicano, ya que las encuestas internacionales sobre
criminalidad y victimización han señalado su importancia en varias ciudades del
mundo.
Razones
para estudiar el manga
Se ha mencionado que
los cómics pueden contener «mensajes ocultos» en los cuales es posible
encontrar aspectos ideológicos dirigidos a la sociedad (Silva, 1977).
Considerando los índices de delincuencia en el mundo, puede suponerse que estas
creaciones se han acercado al tema de la violencia criminal para expresar ideas
entorno a ello. Asimismo, Alberto Salazar comenta que:
Resulta casi imposible expresar que el monólogo gráfico que incorpora un mínimo necesario de párrafos y expresiones textuales, y que concibe un artista o la industria de la historieta carezca de trasfondo cultural, que no tenga significado alguno, de ideas. De nuevo, responder que ello es posible es negar la existencia del mismo objeto (Salazar, 2007: 2 y 3)
Por
ese motivo creo que podría resultar favorable estudiar la percepción de desconfianza
hacia la justicia convencional, como tema dentro del cómic japonés Death Note. En
el siguiente análisis se observó la función narradora y el papel de dos de los
personajes principales; también se tomaron algunas ideas del género fantástico,
la novela negra y la policial, pues me parece que el manga emplea una combinación
de géneros literarios que hace más que sólo formar un discurso entretenido.
Sobre el manga Death Note
La mayoría sabe que la obra estuvo a cargo de dos
artistas mangakas: Tsugumi Ohba (historia) y Takeshi Obata (dibujo). El manga se publicó semanalmente
en la revista japonesa Shōnen Jump entre diciembre de 2003 y mayo de 2006, y posteriormente se recopiló en doce volúmenes
con un total de 108 capítulos. Existe un volumen número trece llamado How to Read con datos sobre los autores
y la serie, pero que no avanza más en la historia; este objeto está más
enfocado a un fin coleccionista.
El manga Death Note ha sido
traducido y publicado en España por la Editorial Glénat, en México por
Editorial Vid y en Argentina por LARP editores. La edición que se usará en este
ensayo corresponde a la publicada por Editorial Vid.
Argumento: un estudiante japonés de
17 años llamado Light Yagami, un buen día se encuentra un cuaderno con
las palabras «Death Note» en la portada. En el interior tiene escritas unas
instrucciones en inglés que dicen: «Los humanos cuyos nombres hayan sido
escritos en este cuaderno, morirán.» Sin mucha convicción, pero con bastante curiosidad,
Light se lleva la libreta a casa. Cinco días después, Ryuk, un shinigami (significa «Dios de la muerte», y forma parte del
folclore japonés.), aparece y se presenta como el verdadero
dueño del cuaderno. Luego de descubrir que el shinigami no le hará ningún daño,
y de escuchar las consecuencias de usar la libreta, Light le explica que ha
tomado la decisión de eliminar a todos los delincuentes, con el fin de
«limpiar» al mundo de las personas que lo corrompen.
Cuando los criminales de varios países
empiezan a morir a causa de ataques cardíacos, la Interpol decide pedir la
ayuda del mejor detective del mundo, conocido como «L». La historia se desarrolla sobre el
enfrentamiento entre Light y L, en donde ambos se consideran la justicia.
Un
momento sobresaliente del capítulo dos, debido a su carga significativa, es el
aparente diálogo entre Light y L, cuando el detective emite un mensaje por
televisión para retar al asesino de criminales:
¿Dos narradores en Death Note?
Todo
el discurso del manga está ordenado por un enunciador implícito: « […] que
siempre está presente en el texto ya que, en definitiva, aunque no tiene voz
propia, es el responsable último del texto.» (Redondo, 1995:35) En el caso de Death
Note aparentemente tenemos un narrador heterodiegético que:
[…] puede estar presente o ausente […] a mayor “ausencia”, mayor será la ilusión de “objetividad” y por lo tanto de confiabilidad. Porque una voz “transparente”, al no señalarse a sí misma, permite crear la ilusión de que los acontecimientos ahí narrados ocurren frente a nuestros ojos y son “verídicos”, que nadie narra; o bien, en el otro extremo se crea la ilusión de que es el personaje focal el que narra y no otro, en tercera persona. (Pimentel, 2008: 142 y 143)
En
la primera parte este narrador aparenta estar fuera de la historia, las
contadas ocasiones en que se exterioriza, establece anotaciones de tipo
temporal y espacial. De esa manera el discurso promueve una actitud reflexiva
antes que constituir una crítica directa, puesto que se preocupa en dejar que
los personajes expongan sus argumentos sin privilegiar demasiado la postura de
uno en específico.
Es importante
mencionar que la historia presenta una división en dos partes, separadas entre
sí por un período de cinco años, y las relaciones de los personajes se
transforman notoriamente en la segunda parte. Por tanto, queremos aventurar la
posibilidad de que sean dos relatos diferenciables, pero contenidos bajo un
mismo título. En el inicio de la segunda parte puede reconocerse un cambio de enfoque
en el narrador heterodiegético, pues expone juicios de valor que no se
encontraron en los primeros capítulos: «El mundo se acercaba a una época de
oscuridad regida por este verdugo» (Death
Note, vol.
7, cap. 60:165). Este es uno de los argumentos en que nos basamos para considerar
que se trata de una segunda historia contada seguidamente de la primera. Potencialmente,
esta diferenciación corresponde a una elección que pretendía colocar en un mismo
nivel a dos posiciones aparentemente rivales: Light y L. Los dos personajes
acaban asesinados antes del final del manga, y si aceptamos la hipótesis de dos
historias en un mismo discurso, sus muertes son las que establecen el desenlace
en cada una de las dos partes: El fallecimiento del primero de ellos ocurre en
el capítulo titulado «Página 58: Un secreto inconfesable» y la muerte del
segundo en el capítulo «Página 107: Telón».
La
inserción de lo fantástico en la realidad
Sobre la literatura fantástica, David Roas nos
dice que: « […] es el único género literario que no puede funcionar sin la
presencia de lo sobrenatural. Y lo sobrenatural es aquello que transgrede las
leyes que organizan el mundo real, aquello que no es explicable, que no existe,
según dichas leyes.» (Roas, 2008: 8) La existencia de la Death Note, un
cuaderno que otorga a su propietario el poder de asesinar, marca una evidente
transgresión sobre el mundo conocido.
Sobre
los shinigamis, sabemos que tienen un lugar asignado dentro de la mitología
japonesa, quizá por eso Light sólo experimenta un momento de temor y confusión
ante la repentina aparición de Ryuk, pero pasados unos minutos termina aceptando
como natural la presencia del dios de la muerte. Por lo tanto, tal vez sea más
adecuado hablar de realismo maravilloso que «plantea la coexistencia no
problemática de lo real y lo sobrenatural en un mundo semejante al nuestro.»
(Roas, 2008: 12). Sin embargo, para un receptor no japonés, la presencia de los
shinigamis sólo refuerza lo sobrenatural del discurso fantástico, lo que
significa una transgresión más a la realidad.
Para
Roger Caillois: «Lo fantástico pone de manifiesto un escándalo, una vulneración
[…] es, pues, ruptura del orden reconocido» (Ceserani, 1999: 67). La historia
de Death Note y el uso que Light hace del cuaderno de la muerte, nos
plantean un dilema social y moral, el de la aplicación de justicia; en nuestro
entorno apreciamos que las personas cada vez confían menos en la capacidad de
las autoridades para tratar con los criminales; ya que la falta de pruebas, las
influencias y el poder político ó económico, facilitan que los culpables no
sean juzgados, dejando a las víctimas resentidas y con deseos de venganza. Una
libreta que otorga el poder de llevar a cabo «justicia por mano propia», deja
de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de justicia. Al
derivar de lo sobrenatural, el poder que Light emplea para matar criminales
desafía a la convención, donde los sistemas judiciales son los responsables de
la justicia, señalándonos su debilidad, la cual se hace perceptible cuando se
observa el crecimiento de los índices de inseguridad en el mundo.
La
novela negra: las motivaciones del criminal
La novela negra refiere
las razones que mueven la realización del crimen. Durante el primer capítulo de
Death Note se produce una anacronía (una
analepsis: es decir, se suspende el relato presente para contar una historia
del pasado), que introduce a un segundo narrador; podemos considerar que se
trata de Light relatando un episodio de su pasado a Ryuk. Este desdoblamiento
del personaje en narrador, nos remite a la importancia que se da a las causas
del crimen en la novela negra, pues se le permite al criminal que narre su
versión de los hechos.
En este caso, el
relato metadiegético tiene una función explicativa: «En el relato enmarcado, se
narran aquellos acontecimientos en el pasado que permitan entender una
situación dada en el presente.» (Pimentel, 2008: 151) Gracias al recuerdo de
Light conocemos las reacciones que él tuvo al utilizar por primera vez la Death
Note, y nos acercamos a comprender su postura; durante el recuerdo queda
expuesto su desacuerdo hacia las acciones de otras personas (un chico que
intimida a un compañero para quitarle su dinero, el líder de una banda
motociclista que molesta a una joven), que le reafirman en su idea de que «este
mundo se está pudriendo y son esas personas las que lo arruinan», y si bien se
desconcierta cuando descubre que ha cometido dos homicidios con la Death Note,
se convence a sí mismo de haber actuado correctamente, pues alguien debía hacer
algo.
A
pesar de que el manga no se enfoca en la resolución de un crimen, pues desde el
inicio sabemos que Light es el responsable de las muertes, está presente la
relevancia del acto delictivo en la sociedad. Cuando los criminales comienzan a
morir a causa de un infarto sucede lo que Light había previsto: la población cree
en la existencia de un personaje justiciero al que bautizan con el nombre de «Kira»,
que es la pronunciación japonesa de la palabra inglesa killer (asesino), y al que manifiestan su apoyo.
Del
género policíaco: detectives excéntricos
Como
sabemos, el personaje encargado de la investigación policial en Death Note
es L, considerado el mejor detective en el mundo, que a la vez no pertenece a
ninguna institución policiaca. Además de su hábito de morderse el pulgar, es
poseedor de varias excentricidades, desde su particular manera de sentarse
(subiendo los pies) hasta su dieta nada balanceada (siempre aparece comiendo
cosas dulces); en algunas ocasiones es capaz de exteriorizar su lado humano,
demostrándonos que puede sentir temor y preocupación por sus compañeros y hacia
sí mismo. Las características que el género policiaco atribuye al personaje del
investigador, pueden resumirse así:
[…] no pertenece al mundo del delito ni al mundo de la ley: no es un policía pero tampoco es un criminal […] el detective privado es, en cierta medida, un ser marginal, un excéntrico […] muestra una personalidad oscura […] posee un carácter solitario, individualista, poco social, e igualmente comparte rarezas, gustos excéntricos y manías que rebajan el héroe a la categoría de ser humano: palidece, siente miedo (Fernández, 2003: 195 y 197).
Desde
su primera aparición L se muestra como una persona solitaria, que se encuentra en
una habitación ocupada sólo por una computadora, a través de la cual da sus
ordenes a su único contacto: «Watari».
A lo largo de la historia manipula y dirige a distintas instituciones de
seguridad, como la Interpol, la policía japonesa, el FBI, etc. Esto se debe a
que los elementos policiales (dentro del manga) admiten ser incapaces de
avanzar en la investigación por sí mismos, y terminan recurriendo a alguien con
los recursos que ellos no poseen para continuar.
Conclusiones
Finalmente, en el manga Death Note advertimos una fusión de géneros, que además de atraer
al lector, permiten una lectura crítica sobre la inconsistencia de los mandos
judiciales para satisfacer la necesidad de justicia de las personas. De forma similar,
observamos que la elección de los narradores promueve que el receptor
reflexione acerca de las situaciones en que se ven involucrados los personajes
y las posturas que adoptan. Incluso podemos ver en el tema de la muerte un
principio de justicia, ya que ella es imparcial: «Absolutamente a todos los
seres humanos les llegará su momento de muerte.» (Death Note, vol. 12, cap. 107: 108).
Por
último, este manga me ha llevado a pensar en el problema de la violencia que se
extiende dentro de la sociedad. Si con el desarrollo armamentista resulta más
sencillo emplear la violencia y asesinar, es probable que el número de víctimas
y victimarios vaya en aumento. Al final, opino que el poder de matar continúa
estando en nuestras manos.
Bibliografía
*Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. Death Note. Ed. Vid. Volúmenes 1-12. México, D.F. 2007-2008
*Remo Ceserani. Lo fantástico. Ed.
Visor. Madrid. 1999
*Jorge Fernández, et. al. (eds.) El terror en el cómic. Comunicación
social. Ediciones y publicaciones. Sevilla. 2003
*Luz Aurora Pimentel. El relato en perspectiva. Siglo
XXI. México. D.F. 2008
*Alicia Redondo Goicochea. Manual de análisis de literatura narrativa.
La polifonía textual. Siglo XXl. Madrid. 1995
*David Roas (comp.) Teorías de lo fantástico. Ed.
Arcos-Libros. Madrid. 2001
*Instituto
Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) 2009 (archivo pdf consultado
5/dic/09)
http://www.icesi.org.mx/documentos/encuestas/encuestasNacionales/ENSI-6.pdf
*Alberto
Salazar. «Una aproximación al estudio de la historieta y su innegable trasfondo
ideológico» 2007 (archivo pdf consultado 7/dic/09)
*Ludovico
Silva. «Los “cómics” y su ideología, vistos del revés». Teoría y práctica de la ideología. Ed. Nuestro tiempo. Caracas. 1977 (archivo pdf consultado 7/dic/09)
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