jueves, 4 de julio de 2013

«Porque yo soy la justicia»: una aproximación sociocrítica al manga Death Note

Criminalidad, inseguridad y medios de comunicación

Un sentimiento que todos compartimos en la actualidad, también se encuentra asociado a uno de los problemas más graves a los que se enfrentan las sociedades urbanas: la inseguridad. En México, según la Sexta Encuesta Nacional sobre Inseguridad realizada en 2009 (ICESI,:68, 80 y 83), el 58.5% de los encuestados dijo que los delitos en su municipio habían aumentado en el 2008. El mismo documento menciona que el 69% de la población se siente insegura en su estado; asimismo puede observarse una relación directamente proporcional entre las personas que contestaron sentirse más inseguras y la frecuencia con la que ven, leen o escuchan los noticieros. 
Este sentimiento de inseguridad que genera la violencia criminal, sumado a una sobreexposición de información mediática, parece estar vinculado a una manifestación de desconfianza por parte de la población hacia los órganos de seguridad e impartición de justicia. La misma encuesta menciona que entre el 50% y 62% de los ciudadanos contestaron tener “poca confianza” en las agencias policiales, y entre el 15% y 28% dijo que “nada”. Sin embargo, este conflicto no se limita únicamente al caso mexicano, ya que las encuestas internacionales sobre criminalidad y victimización han señalado su importancia en varias ciudades del mundo.

Razones para estudiar el manga

Se ha mencionado que los cómics pueden contener «mensajes ocultos» en los cuales es posible encontrar aspectos ideológicos dirigidos a la sociedad (Silva, 1977). Considerando los índices de delincuencia en el mundo, puede suponerse que estas creaciones se han acercado al tema de la violencia criminal para expresar ideas entorno a ello. Asimismo, Alberto Salazar comenta que:
Resulta casi imposible expresar que el monólogo gráfico que incorpora un mínimo necesario de párrafos y expresiones textuales, y que concibe un artista o la industria de la historieta carezca de trasfondo cultural, que no tenga significado alguno, de ideas. De nuevo, responder que ello es posible es negar la existencia del mismo objeto (Salazar, 2007: 2 y 3) 
Por ese motivo creo que podría resultar favorable estudiar la percepción de desconfianza hacia la justicia convencional, como tema dentro del cómic japonés Death Note. En el siguiente análisis se observó la función narradora y el papel de dos de los personajes principales; también se tomaron algunas ideas del género fantástico, la novela negra y la policial, pues me parece que el manga emplea una combinación de géneros literarios que hace más que sólo formar un discurso entretenido.

Sobre el manga Death Note

La mayoría sabe que la obra estuvo a cargo de dos artistas mangakas: Tsugumi Ohba (historia) y Takeshi Obata (dibujo). El manga se publicó semanalmente en la revista japonesa Shōnen Jump entre diciembre de 2003 y mayo de 2006, y posteriormente se recopiló en doce volúmenes con un total de 108 capítulos. Existe un volumen número trece llamado How to Read con datos sobre los autores y la serie, pero que no avanza más en la historia; este objeto está más enfocado a un fin coleccionista.
El manga Death Note ha sido traducido y publicado en España por la Editorial Glénat, en México por Editorial Vid y en Argentina por LARP editores. La edición que se usará en este ensayo corresponde a la publicada por Editorial Vid.
Argumento: un estudiante japonés de 17 años llamado Light Yagami, un buen día se encuentra un cuaderno con las palabras «Death Note» en la portada. En el interior tiene escritas unas instrucciones en inglés que dicen: «Los humanos cuyos nombres hayan sido escritos en este cuaderno, morirán.» Sin mucha convicción, pero con bastante curiosidad, Light se lleva la libreta a casa. Cinco días después, Ryuk, un shinigami (significa «Dios de la muerte», y forma parte del folclore japonés.), aparece y se presenta como el verdadero dueño del cuaderno. Luego de descubrir que el shinigami no le hará ningún daño, y de escuchar las consecuencias de usar la libreta, Light le explica que ha tomado la decisión de eliminar a todos los delincuentes, con el fin de «limpiar» al mundo de las personas que lo corrompen.
Cuando los criminales de varios países empiezan a morir a causa de ataques cardíacos, la Interpol decide pedir la ayuda del mejor detective del mundo, conocido como «L». La historia se desarrolla sobre el enfrentamiento entre Light y L, en donde ambos se consideran la justicia.
Un momento sobresaliente del capítulo dos, debido a su carga significativa, es el aparente diálogo entre Light y L, cuando el detective emite un mensaje por televisión para retar al asesino de criminales:
¿Dos narradores en Death Note?

Todo el discurso del manga está ordenado por un enunciador implícito: « […] que siempre está presente en el texto ya que, en definitiva, aunque no tiene voz propia, es el responsable último del texto.» (Redondo, 1995:35) En el caso de Death Note aparentemente tenemos un narrador heterodiegético que:
[…] puede estar presente o ausente […] a mayor “ausencia”, mayor será la ilusión de “objetividad” y por lo tanto de confiabilidad. Porque una voz “transparente”, al no señalarse a sí misma, permite crear la ilusión de que los acontecimientos ahí narrados ocurren frente a nuestros ojos y son “verídicos”, que nadie narra; o bien, en el otro extremo se crea la ilusión de que es el personaje focal el que narra y no otro, en tercera persona. (Pimentel, 2008: 142 y 143)
En la primera parte este narrador aparenta estar fuera de la historia, las contadas ocasiones en que se exterioriza, establece anotaciones de tipo temporal y espacial. De esa manera el discurso promueve una actitud reflexiva antes que constituir una crítica directa, puesto que se preocupa en dejar que los personajes expongan sus argumentos sin privilegiar demasiado la postura de uno en específico.
Es importante mencionar que la historia presenta una división en dos partes, separadas entre sí por un período de cinco años, y las relaciones de los personajes se transforman notoriamente en la segunda parte. Por tanto, queremos aventurar la posibilidad de que sean dos relatos diferenciables, pero contenidos bajo un mismo título. En el inicio de la segunda parte puede reconocerse un cambio de enfoque en el narrador heterodiegético, pues expone juicios de valor que no se encontraron en los primeros capítulos: «El mundo se acercaba a una época de oscuridad regida por este verdugo» (Death Notevol. 7, cap. 60:165). Este es uno de los argumentos en que nos basamos para considerar que se trata de una segunda historia contada seguidamente de la primera. Potencialmente, esta diferenciación corresponde a una elección que pretendía colocar en un mismo nivel a dos posiciones aparentemente rivales: Light y L. Los dos personajes acaban asesinados antes del final del manga, y si aceptamos la hipótesis de dos historias en un mismo discurso, sus muertes son las que establecen el desenlace en cada una de las dos partes: El fallecimiento del primero de ellos ocurre en el capítulo titulado «Página 58: Un secreto inconfesable» y la muerte del segundo en el capítulo «Página 107: Telón».

La inserción de lo fantástico en la realidad

Sobre la literatura fantástica, David Roas nos dice que: « […] es el único género literario que no puede funcionar sin la presencia de lo sobrenatural. Y lo sobrenatural es aquello que transgrede las leyes que organizan el mundo real, aquello que no es explicable, que no existe, según dichas leyes.» (Roas, 2008: 8) La existencia de la Death Note, un cuaderno que otorga a su propietario el poder de asesinar, marca una evidente transgresión sobre el mundo conocido. 
Sobre los shinigamis, sabemos que tienen un lugar asignado dentro de la mitología japonesa, quizá por eso Light sólo experimenta un momento de temor y confusión ante la repentina aparición de Ryuk, pero pasados unos minutos termina aceptando como natural la presencia del dios de la muerte. Por lo tanto, tal vez sea más adecuado hablar de realismo maravilloso que «plantea la coexistencia no problemática de lo real y lo sobrenatural en un mundo semejante al nuestro.» (Roas, 2008: 12). Sin embargo, para un receptor no japonés, la presencia de los shinigamis sólo refuerza lo sobrenatural del discurso fantástico, lo que significa una transgresión más a la realidad.
Para Roger Caillois: «Lo fantástico pone de manifiesto un escándalo, una vulneración […] es, pues, ruptura del orden reconocido» (Ceserani, 1999: 67). La historia de Death Note y el uso que Light hace del cuaderno de la muerte, nos plantean un dilema social y moral, el de la aplicación de justicia; en nuestro entorno apreciamos que las personas cada vez confían menos en la capacidad de las autoridades para tratar con los criminales; ya que la falta de pruebas, las influencias y el poder político ó económico, facilitan que los culpables no sean juzgados, dejando a las víctimas resentidas y con deseos de venganza. Una libreta que otorga el poder de llevar a cabo «justicia por mano propia», deja de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de justiciaAl derivar de lo sobrenatural, el poder que Light emplea para matar criminales desafía a la convención, donde los sistemas judiciales son los responsables de la justicia, señalándonos su debilidad, la cual se hace perceptible cuando se observa el crecimiento de los índices de inseguridad en el mundo.

La novela negra: las motivaciones del criminal

La novela negra refiere las razones que mueven la realización del crimen. Durante el primer capítulo de Death Note se produce una anacronía (una analepsis: es decir, se suspende el relato presente para contar una historia del pasado), que introduce a un segundo narrador; podemos considerar que se trata de Light relatando un episodio de su pasado a Ryuk. Este desdoblamiento del personaje en narrador, nos remite a la importancia que se da a las causas del crimen en la novela negra, pues se le permite al criminal que narre su versión de los hechos.
En este caso, el relato metadiegético tiene una función explicativa: «En el relato enmarcado, se narran aquellos acontecimientos en el pasado que permitan entender una situación dada en el presente.» (Pimentel, 2008: 151) Gracias al recuerdo de Light conocemos las reacciones que él tuvo al utilizar por primera vez la Death Note, y nos acercamos a comprender su postura; durante el recuerdo queda expuesto su desacuerdo hacia las acciones de otras personas (un chico que intimida a un compañero para quitarle su dinero, el líder de una banda motociclista que molesta a una joven), que le reafirman en su idea de que «este mundo se está pudriendo y son esas personas las que lo arruinan», y si bien se desconcierta cuando descubre que ha cometido dos homicidios con la Death Note, se convence a sí mismo de haber actuado correctamente, pues alguien debía hacer algo.
A pesar de que el manga no se enfoca en la resolución de un crimen, pues desde el inicio sabemos que Light es el responsable de las muertes, está presente la relevancia del acto delictivo en la sociedad. Cuando los criminales comienzan a morir a causa de un infarto sucede lo que Light había previsto: la población cree en la existencia de un personaje justiciero al que bautizan con el nombre de «Kira», que es la pronunciación japonesa de la palabra inglesa killer (asesino), y al que manifiestan su apoyo.

Del género policíaco: detectives excéntricos

Como sabemos, el personaje encargado de la investigación policial en Death Note es L, considerado el mejor detective en el mundo, que a la vez no pertenece a ninguna institución policiaca. Además de su hábito de morderse el pulgar, es poseedor de varias excentricidades, desde su particular manera de sentarse (subiendo los pies) hasta su dieta nada balanceada (siempre aparece comiendo cosas dulces); en algunas ocasiones es capaz de exteriorizar su lado humano, demostrándonos que puede sentir temor y preocupación por sus compañeros y hacia sí mismo. Las características que el género policiaco atribuye al personaje del investigador, pueden resumirse así: 
[…] no pertenece al mundo del delito ni al mundo de la ley: no es un policía pero tampoco es un criminal […] el detective privado es, en cierta medida, un ser marginal, un excéntrico […] muestra una personalidad oscura […] posee un carácter solitario, individualista, poco social, e igualmente comparte rarezas, gustos excéntricos y manías que rebajan el héroe a la categoría de ser humano: palidece, siente miedo (Fernández, 2003: 195 y 197).
Desde su primera aparición L se muestra como una persona solitaria, que se encuentra en una habitación ocupada sólo por una computadora, a través de la cual da sus ordenes a su único contacto: «Watari». A lo largo de la historia manipula y dirige a distintas instituciones de seguridad, como la Interpol, la policía japonesa, el FBI, etc. Esto se debe a que los elementos policiales (dentro del manga) admiten ser incapaces de avanzar en la investigación por sí mismos, y terminan recurriendo a alguien con los recursos que ellos no poseen para continuar.

Conclusiones
       
Finalmente, en el manga Death Note advertimos una fusión de géneros, que además de atraer al lector, permiten una lectura crítica sobre la inconsistencia de los mandos judiciales para satisfacer la necesidad de justicia de las personas. De forma similar, observamos que la elección de los narradores promueve que el receptor reflexione acerca de las situaciones en que se ven involucrados los personajes y las posturas que adoptan. Incluso podemos ver en el tema de la muerte un principio de justicia, ya que ella es imparcial: «Absolutamente a todos los seres humanos les llegará su momento de muerte.» (Death Note, vol. 12, cap. 107: 108).
Por último, este manga me ha llevado a pensar en el problema de la violencia que se extiende dentro de la sociedad. Si con el desarrollo armamentista resulta más sencillo emplear la violencia y asesinar, es probable que el número de víctimas y victimarios vaya en aumento. Al final, opino que el poder de matar continúa estando en nuestras manos.

Bibliografía

*Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. Death Note Ed. Vid. Volúmenes 1-12. México, D.F. 2007-2008 
*Remo Ceserani. Lo fantásticoEd. Visor. Madrid. 1999 
*Jorge Fernández, et. al. (eds.) El terror en el cómic. Comunicación social. Ediciones y publicaciones. Sevilla. 2003
*Luz Aurora Pimentel. El relato en perspectivaSiglo XXI. México. D.F. 2008 
*Alicia Redondo Goicochea. Manual de análisis de literatura narrativa. La polifonía textual. Siglo XXl. Madrid. 1995
*David Roas (comp.) Teorías de lo fantásticoEd. Arcos-Libros. Madrid. 2001
*Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) 2009 (archivo pdf consultado 5/dic/09)
http://www.icesi.org.mx/documentos/encuestas/encuestasNacionales/ENSI-6.pdf 
*Alberto Salazar. «Una aproximación al estudio de la historieta y su innegable trasfondo ideológico» 2007 (archivo pdf consultado 7/dic/09)
*Ludovico Silva. «Los “cómics” y su ideología, vistos del revés». Teoría y práctica de la ideologíaEd. Nuestro tiempo. Caracas. 1977 (archivo pdf consultado 7/dic/09)

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