martes, 20 de agosto de 2013

Pensamientos de una adolescente: primeros días en la Preparatoria


Soy una estudiante que acaba de iniciar su primer año de preparatoria, y quiero compartir mi punto de vista sobre este nuevo mundo con el que me estoy topando. Si tú o alguien cercano a ti está viviendo una etapa similar, pues tal vez te interese leer lo que pongo a continuación.

Uf, no sé cómo logré entrar, ni siquiera sé cómo presenté el EXANI-I... de lo único de lo que estoy realmente segura es que "me metí en camisa de 11 varas."
Recuerdo mis viejos días de secundaria como si hubiesen iniciado apenas ayer, desde allí yo ya tenia la ilusión de que mi siguiente paso sería la Preparatoria Dos, sueño inculcado por mis padres a partir de que me gradué de la primaria; quizás por esa razón más que como un sueño lo vi como un deseo impuesto por mis guías, lo cual le restaba importancia ante el resto de mis objetivos.
En fin, debo admitir que no le había dado la merecida atención al asunto, porque lo veía tan lejos que sencillamente me parecía precipitado empezar a pensar en ello cuando ni siquiera había brincado la secundaria, aunque ahora que estoy en esta situación, siento que los años pasaron demasiado rápido y que lo que antes fuese un pensamiento a largo plazo es ahora mi desafiante realidad. (Suspiro)
En este momento me siento algo desubicada y en cierto modo atemorizada por la imagen imponente de mi institución, y no creo que se deba precisamente a su (a mi parecer) gran tamaño, si no más bien por las exigencias y expectativas que mis padres esperan que yo cumpla en dicho lugar, a eso se le agrega la presión de que los trabajos y exámenes de la escuela son mil veces mas complicados que en mi anterior año escolar.
Pero bueno, a pesar de la pesada carga que conlleva entrar en esta nueva etapa de mi vida y aprender a aprovecharla al máximo, debo admitir que el distinto nivel de libertad es verdaderamente maravilloso, a veces siento que puedo hacer lo que quiera, pero como todo en la vida, tardo más en alzar vuelo que en caer y aporrearme en el duro suelo del realismo.
Mi vida es muy distinta a la que tienen mis padres y los adultos a mi alrededor; definitivamente yo todavía gozo de los privilegios de la manutención y de que me brinden todo en mi familia. Sin embargo yo he comprendido que las cosas no siempre van a ser así; estoy al tanto de que conforme más avanzo en busca de mi futuro, me voy cortando poco a poco la soga que me ata al nido, es decir, que me voy alejando de ser una mantenida hija mimada de papá, para convertirme en una chica que se vale por sí misma. Claro que para eso todavía hay tiempo, pero no el suficiente como para no empezar a pensarlo.
"Adulto", esa palabra se ve cada vez más cerca, incluso siento como si ya casi estuviese pisando mis talones. Aun así tengo una meta clara o al menos bosquejada, pues prefiero alcanzar objetivos a corto plazo, ya que es más fácil pensar y resolver los problemas que tengo de aquí a un mes, a los de 3 ó 4 años en el futuro.

La preparatoria es sólo un paso más en mi camino, un paso que seguramente me dará el empujón que necesito para lograr ser la persona que mi familia, amigos, mentores y yo misma, siempre han creído que puedo ser. 

Deseadme suerte.

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